lunes, 6 de enero de 2014


Cómo no llegar a viejo


De las maneras posibles para no llegar  a viejo tenemos la de recibir en la cabeza una maseta con cristales que ha sido dejada caer desde una altura conveniente por un niño que ha deseado dicha muerte planeada cuidadosamente. Cuando la maseta cae y acierta en el blanco de manera correcta, los cristales filosos entran toditos al cerebro y se incrustan uno a uno, en las fisuras que tiene en todas partes hasta el punto de lograr una masa sangrienta de apariencia relativamente estética, tomando en cuenta que lo planeado se ha logrado de una manera casi perfecta y la persona de usted ha sido eliminada por el menor de edad con todo derecho a fantasear tal desaparición como recurso posible para mantenerse en un estado vigoroso de salud mental y creatividad como lo hacía por cierto con su saco prodigioso Henry Michaux. Realice usted los ejercicios de variación que se le ocurran, ponga en ese lugar el cerebro del jefe, o al candidato de su partido favorito, al vecino próximo, o si prefiere, en un sentido clásico del concepto edípico, a su padre. Después permanezca siendo usted mismo, tomando en consideración las ventajas y desventajas de llegar a viejo.

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